Afortunadamente la psiquiatría y la psicología hoy están muy lejos de tales estereotipos, hoy existen herramientas para diagnósticos, hoy "el loco" de antes se sustituye por especificaciones bastante más claras. La depresión, los ataques de pánico, la ciclotimia, la bipolaridad, etc, son ya no vistas con horror sino como enfermedades clínicas, para las cuales existen diagnósticos y tratamientos.
Habiendo dicho lo anterior, y con el resultado del "diagnóstico" siento impotencia. Impotencia ante la crueldad de "mirar para otro lado" ante las características de un individuo que lejos de ser esquizofrénico más todos los "IVAS", es un reverendo hijo de su madre al cual ampara la "impunidad antisemita".
Me resulta (por decirlo de modo elegante) hilarante que un individuo que deja de lado su nombre de pila y se hace llamar Abdullah Omar, y que dice "Alá es grande" sea diagnosticado como psicótico crónico. Si se aplica la lógica ante tal infamia, se desprende, deduce e infiere que todos los movimientos de porte yihadista son inimputables. ¿Lo son? No. Los cabecillas de la yihad, en cualesquiera de sus versiones son seres demoníacos que están cuerdos de más, tan cuerdos están que pudieron planear atentados como el 11s, calculando los más minuciosos detalles y coordinando cuestiones impensables.
Así, Peralta, es tan homicida como todos los que nos muestran los noticieros durante media hora todos los días. "El elitismo del homicidio", la insolencia de la inmimputabilidad.
Shalom.
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